Resultados para: Dominar la Ansiedad

TOC

El TOC y la naturaleza humana: recordando el dominio perdido

Uno de los grandes errores en el tratamiento del TOC ha sido considerarlo un enemigo a eliminar. Como si fuera una «enfermedad» externa que debe ser suprimida. Pero, ¿Cómo eliminar algo que forma parte de la naturaleza humana? ¿Cómo pretender que un obsesivo deje de ser obsesivo sin arrebatarle su esencia obsesiva?

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Cuando la obsesión se convierte en dogma: Trastorno obsesivo compulsivo

El TOC no puede combatirse desde la supresión de las obsesiones, sino desde la transformación de su significado. Reconocer que el pensamiento obsesivo puede convertirse en dogma es el primer paso para entender el poder que ejercen sobre la mente. Pero aceptar que la certeza absoluta no es real nos permite romper el ciclo y abrirnos a una vida más libre, donde el control ya no es una ilusión perpetuada por la compulsión, sino una genuina aceptación de la complejidad humana.

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El TOC: Una puerta hacia el autoconocimiento y la transformación

Comprender el TOC requiere también comprender nuestros recuerdos, sueños y fantasías, porque todo está vinculado. Solo tú conoces tu historia, solo tú sabes de dónde viene esa compulsión. La solución y el dominio del TOC reside en ti; es un proceso de autoconocimiento, de aceptación y de redirección. Hay un potencial inmenso en cada uno de nosotros, único, inédito y original, que aún está por descubrirse.

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Transformar la Ansiedad: Una Invitación para amarte como eres

La ansiedad y la depresión, a menudo vistas como enemigos, comparten una relación de amor y odio. En ocasiones, se alimentan mutuamente, creando un ciclo en el que el dolor y la tristeza se convierten en mecanismos de defensa ante lo que la vida nos impone. Esta dualidad se extiende también al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), que orienta y conduce la totalidad del pensamiento y la conducta.

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Literaria

La embriaguez lúcida

Y aún más: imagínese poder sustraer la afloración de recuerdos que el alcohol despierta, extirpar la amarga resurrección de los lamentos, suprimir esas memorias que emergen, inoportunas, desde los sótanos de la mente. Conservar únicamente la serenidad, la paz diáfana de la ebriedad, sin el peso de lo que fue ni la sombra de lo que pudo haber sido.

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