El acumulador de posavasos: Transformando la Obsesión compulsiva

Este es un texto basado en mi propia experiencia como obsesivo compulsivo.

La acumulación es uno de los comportamientos obsesivo-compulsivos que, a primera vista, puede parecer un simple exceso de orden o una inofensiva peculiaridad. Sin embargo, en el contexto del TOC, la acumulación adquiere una dimensión mucho más compleja y profunda, en la que la compulsión de guardar objetos se entrelaza con miedos internos y deseos inconscientes. Este artículo explora la paradoja de la acumulación obsesiva a partir de una experiencia personal y analiza cómo, al darle un fin útil a aquello que en apariencia es basura, se puede transformar una conducta irracional en una manifestación de creatividad y sentido.

La Experiencia del Acumulador
Imagina un viaje en el que, a la hora de la comida o la cena, acompañas tu plato con una cerveza ligera. En un restaurante, recibes tu pedido junto a un posavasos de papel comprimido, una especie de alfombra elegante y pomposa. Normalmente, este posavasos cumple la función de evitar que la humedad de tu bebida llegue a la mesa. Sin embargo, en esa ocasión, mientras disfrutas de tu cerveza, el posavasos comienza a humedecerse y a sudar debido al frío de la bebida.

En lugar de ignorar el detalle, tu atención se fija en ese posavasos: su diseño, la marca impresa, incluso un idioma extranjero que le da un toque de exotismo. Una vez terminada la comida, al ver que el posavasos iba a ser retirado y probablemente desechado, le pediste que te lo regalaran. La respuesta fue sencilla: el posavasos pasaría a la basura, y tú decidiste conservarlo. Al día siguiente repetiste el mismo acto con una cerveza distinta, y pronto, esa pequeña acción se transformó en una compulsión: comenzar a buscar posavasos cada vez que pasabas por un restaurante, o incluso “hurtarlos” de mesas en lugares públicos.

Cualquiera que te viera podría pensar que eres un acumulador compulsivo, un loco que colecciona basura. Sin embargo, para ti, esos posavasos representaban algo más. En tu interior, ya se gestaba la idea de que cada posavasos podría tener un propósito, un destino que le diera sentido a esa aparente basura. Llegaste a acumular una colección de doce posavasos, algunos de tus propios consumos y otros que habías “recogido” sin que nadie se diera cuenta.

La Dualidad de la Acumulación en el TOC
El fenómeno del acumulador obsesivo se fundamenta en una dualidad paradójica: por un lado, la compulsión de guardar se origina en el miedo a perder algo que pudiera ser necesario en el futuro; por otro, existe un impulso profundo de dar utilidad a esos objetos, de encontrar un propósito que justifique su preservación.

El obsesivo compulsivo, en este caso, se debate entre dos impulsos: el impulso de acumular, que surge por la ansiedad y el temor a la pérdida, y el anhelo de transformar esa acumulación en algo significativo. Este conflicto interno es una manifestación clásica de lo que en psicoanálisis se conoce como formación reactiva. Es decir, la conducta exagerada de acumular se entiende, en parte, como un mecanismo para dominar una agresividad o inquietud interna. En tu caso, la acumulación de posavasos —objetos aparentemente insignificantes— se convirtió en un símbolo de esa lucha interna, donde la compulsión se entrelazaba con un deseo de dotar de sentido lo que parecía ser inútil.

Del Caos a la Creatividad: Transformando la Acumulación en Arte
La clave para transformar este comportamiento obsesivo reside en la redirección. En lugar de dejar que la acumulación se convierta en un problema que agobie tu vida —como ocurre cuando la casa se transforma en un depósito caótico—, decidiste detenerte y reflexionar: ¿Qué puedo hacer con estos posavasos? ¿Puedo darles una nueva utilidad, un nuevo significado?

La respuesta llegó de forma casi intuitiva: en lugar de verlos como basura, los convertiste en materiales para crear un cuadro, un recuerdo artístico de tu viaje. Este cambio de perspectiva es fundamental. Al poner un fin racional y estético a la acumulación, no solo rompiste con el ciclo compulsivo, sino que también te liberaste de la carga emocional que te imponía la necesidad de guardar objetos sin sentido.

Ejemplos sencillos y claros
Para ilustrar este proceso, pensemos en algunos ejemplos concretos:

Ejemplo 1: El Posavasos como Souvenir
En lugar de acumular posavasos sin propósito, decides guardarlos solo si encuentras uno con un diseño único o un mensaje especial. Con el tiempo, creas un collage o cuadro en el que cada posavasos tiene un lugar y un significado, representando diferentes momentos y lugares. Este acto de transformación convierte lo que era un comportamiento obsesivo en una obra de arte personal, cargada de recuerdos y valor emocional.

Ejemplo 2: La Regla del «Fin Inmediato»
Cada vez que sientes la compulsión de acumular algo, te haces una pregunta: “¿Puedo darle un uso concreto a este objeto ahora?” Si la respuesta es afirmativa, lo integras a una actividad productiva. Si no, decides dejarlo y no guardarlo. Esta regla te ayuda a filtrar la acumulación y a redirigir tu energía hacia metas concretas.

La Importancia de la Reflexión Interna
El camino hacia el dominio del TOC no es solo una cuestión de modificar comportamientos, sino de cambiar la relación que tienes con tus propios impulsos. El acto de acumular posavasos no es intrínsecamente negativo; es la falta de un propósito lo que lo convierte en un problema. Cuando aprendes a darle un sentido, una función, a esos impulsos, transformas la compulsión en una manifestación de creatividad y autoconocimiento.

Este enfoque te permite ver que, en la vida, muchas acciones que parecen irracionales o caóticas pueden volverse racionales si se les da un fin. El obsesivo compulsivo que colecciona posavasos se transforma en un artista que crea recuerdos y símbolos de sus viajes y experiencias, en lugar de simplemente acumular basura.

Conclusión
La obsesión compulsiva, en su forma más extrema, puede ser un reflejo de una necesidad profunda de control y significado. La acumulación de objetos, como los posavasos, se convierte en una metáfora de cómo tratamos de llenar los vacíos de incertidumbre y ansiedad. Sin embargo, al darle un propósito a lo que acumulamos, podemos transformar un comportamiento autodestructivo en una expresión de creatividad y valor personal.

El desafío radica en reconocer que la obsesión no es el enemigo, sino la forma en que se manifiesta. Al transformar la acumulación en arte, en proyectos significativos, se rompe el ciclo compulsivo y se abre la posibilidad de vivir con mayor libertad y autenticidad. Así, cada objeto, por insignificante que parezca, se convierte en un recordatorio de que la transformación es posible y que cada paso hacia la racionalización y el control es una victoria en el camino hacia la verdadera libertad mental.

Este relato no solo es un testimonio personal, sino una invitación a repensar nuestros comportamientos, a encontrar un fin racional a lo que, en apariencia, es irracional. En definitiva, el TOC no define al individuo, sino que, cuando se enfrenta y se redirige, se convierte en una fuente de inspiración y de crecimiento personal.

Alex Rodríguez Guzmán