
Literaria
Nacemos o no son hacen tristes…
Podría decirse que la tristeza de hoy es una construcción social, que nos hemos vuelto tristes porque el mundo nos obliga a ser fuertes e indestructibles. El hombre moderno —atado a dispositivos que le ordenan responder, producir y avanzar— ha dejado de lado el arte de la reflexión. Los días pasan con la velocidad de una máquina imparable, y el silencio, que antes era refugio, ahora parece una amenaza.